Seguimos con los procesos de soldadura, esta vez es el turno de la soldadura en frío, también denominada soldadura por contacto, un proceso que se realiza en estado sólido sin necesidad de realizar ninguna fusión para unir las dos piezas que se quieren soldar. Debido a esto durante la soldadura en frío no se utiliza ningún elemento en fase líquida para la articulación de las dos partes a soldar, a diferencia de la soldadura por fusión en la que sí es utilizado algún líquido.
La soldadura en frío ya fue reconocida como un gran fenómeno de los materiales durante la década de 1940, año en el que se consiguió adherir firmemente aplicando la presión apropiada y vacío a dos superficies limpias y planas en metales similares. Cómo ejemplo tenemos las pepitas de oro, las cuales se pueden formar en ríos auríferos durante el paso del tiempo gracias al golpeo de pequeñas partículas de oro con cantos rodados y piedras del río.
La soldadura en frío es el procedimiento en el que se aplica presión a las diferentes piezas a través de rollos o matrices. Tras esto se produce una deformación plástica, debido a que las piezas serán dúctiles, o sino al menos una de ellas, aunque preferiblemente ambas.
En la soldadura en frío, se aplica presión a las piezas mediante matrices o rollos. Debido a la deformación plástica que tiene lugar, es necesario que al menos una de las piezas a ensamblar sea dúctil (pero preferiblemente las dos). Antes de la soldadura, la interfaz es desgrasada, con cepillo de alambre, y frotada para sacar las manchas de óxido.
Este tipo de soldadura es utilizado especialmente para pegado o encolado, permitiendo la unión de accesorios de fontanería y los tubos. El pegamento utilizado produce una unión permanente, sólida y estanca, permitiendo compararse con los métodos de soldadura tradicional.
Como pasta especial para soldadura en frío suele utilizarse un tipo de pasta que pueda cortarse fácilmente con unas tijeras normales y corrientes, para después amasarla con las manos hasta conseguir un cilindro delgado, cilindro que en el caso de la fontanería se enrollará al rededor de la tubería para taponar el orificio que queremos reparar. A continuación se presionar sobre la pasta hasta que esté bien adherida, para finalmente humedecer la pasta con las manos hasta conseguir el acabado deseado.
Sin duda un tipo de soldadura que nos va a sacar de más de un apuro, y en muchas ocasiones, si somos un poco mañosos sin necesidad de ningún profesional.
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